Con él, mi Dios,
una relación nueva,
íntima y llena de alegría.
Con él, pueden abandonarse los viejos esquemas,
las antiguas rutinas de pensamiento.
Con él pueden emprenderse senderos nuevos,
arriesgados, desconocidos, abiertos a la alegría,
atrevidamente abocados a la alegría
Con él pueden romperse
las tradicionales estructuras que nos sostienen
y nos esclavizan.
Con él, todo lo viejo, puede ser nuevo.
Con él puede soñarse la libertad: sueños descabellados de libertad;
increíbles y desvergonzados sueños de libertad,
¡qué digo sueños!
¡caminos de libertad!
porque la muerte, no tiene dominio sobre él.
Nosotros soñamos libertad y Dios nos sueña en libertad.
ResponderEliminarQué alegría saber esto!Gracias!